MILKA
Bizcochitos Cake&Choc
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Alrededor de 1400 años antes de la aparición de las tabletas Milka, los nativos de América del sur descubrieron el grano de cacao como fuente alimenticia dotada de cualidades estimulantes.
Son los aztecas quienes en el siglo XII, después de someter al pueblo de los Toltecas que habían heredado la cultura del cacao, bautizaron esta bebida fortificante como “XOCOALT”. Una bebida que no tiene que ver mucho con el chocolate actual preparada a base de granos de cacao molidos mezclados con agua hirviendo, fécula de maíz y pimienta negra en polvo. Cuando Cristóbal Colón llegó a lo que hoy conocemos como Nicaragua en 1502, ignoraba totalmente la existencia del cacao.
Es el español Hernán Cortés quien primero se interesa, a raíz de la conquista del reino azteca entre 1519 y 1521, por ese noble fruto que acabará importando a Europa. Un cocinero de la época, entusiasmado por esta divina bebida azteca, cuyo sabor era considerado muy fuerte en Europa, descubrió una forma de hacer del cacao una deliciosa “bebida chocolateada”, simplemente añadiendo miel o azúcar de caña.
¡El chocolate ya había nacido! Rápidamente se convierte en un placer culinario muy apreciado por la aristocracia y entre las costumbres de la corte Española y del resto de cortes Europeas. Por desgracia, el consumo del chocolate es un privilegio reservado para los más ricos.
A mediados del siglo XIX en Suiza, Philippe Suchard transformó el chocolate, de ser algo de lo que sólo podía disfrutar una minoría europea, en algo que podía ser disfrutado por todos.
A finales de siglo, el yerno de Suchard expandió el negocio rápidamente, introduciendo nuevas técnicas de fabricación, incluida la fórmula para mezclar leche y cacao.
En 1901 Suchard lanza la primera tableta de chocolate con leche, llamada Suchard Milka, con un envoltorio revolucionario de color lila. El nombre fue desarrollado para identificar un nuevo producto, fruto de la combinación de la leche y el cacao.
El posicionamiento original de la marca se basaba en una idea sencilla que, todavía hoy, es la esencia de la marca:
“Milka, la más tierna tentación, por estar hecha con leche alpina”.
Son los aztecas quienes en el siglo XII, después de someter al pueblo de los Toltecas que habían heredado la cultura del cacao, bautizaron esta bebida fortificante como “XOCOALT”. Una bebida que no tiene que ver mucho con el chocolate actual preparada a base de granos de cacao molidos mezclados con agua hirviendo, fécula de maíz y pimienta negra en polvo. Cuando Cristóbal Colón llegó a lo que hoy conocemos como Nicaragua en 1502, ignoraba totalmente la existencia del cacao.
Es el español Hernán Cortés quien primero se interesa, a raíz de la conquista del reino azteca entre 1519 y 1521, por ese noble fruto que acabará importando a Europa. Un cocinero de la época, entusiasmado por esta divina bebida azteca, cuyo sabor era considerado muy fuerte en Europa, descubrió una forma de hacer del cacao una deliciosa “bebida chocolateada”, simplemente añadiendo miel o azúcar de caña.
¡El chocolate ya había nacido! Rápidamente se convierte en un placer culinario muy apreciado por la aristocracia y entre las costumbres de la corte Española y del resto de cortes Europeas. Por desgracia, el consumo del chocolate es un privilegio reservado para los más ricos.
A mediados del siglo XIX en Suiza, Philippe Suchard transformó el chocolate, de ser algo de lo que sólo podía disfrutar una minoría europea, en algo que podía ser disfrutado por todos.
A finales de siglo, el yerno de Suchard expandió el negocio rápidamente, introduciendo nuevas técnicas de fabricación, incluida la fórmula para mezclar leche y cacao.
En 1901 Suchard lanza la primera tableta de chocolate con leche, llamada Suchard Milka, con un envoltorio revolucionario de color lila. El nombre fue desarrollado para identificar un nuevo producto, fruto de la combinación de la leche y el cacao.
El posicionamiento original de la marca se basaba en una idea sencilla que, todavía hoy, es la esencia de la marca:
“Milka, la más tierna tentación, por estar hecha con leche alpina”.
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Comentarios
Gema
Esta muy bien como merienda. tierno y delicioso.
